ANDANTE

Colmar Pereira Duarte

 

La risa de la mañana

de cara reciém lavada

espantó para otra noche

el suicidio que él passara mateando

madrugada a fuera.

Un tambor de cascos rumbo aí corral

despertó sus instintos

para la clarinada de los relinchos.

 

Arrastó los aperos

que guardaba dentro de si mismo

y ensilló una de las pisadas penas.

 

Enrolló el silencio en una paja sovada

y ahumó de gris

la paz de los horizontes.

 

Ya de a caballo

moró la vida serpenteando entre los pastos.

 

la garganta verde de la llanuratragó su bulto,

su derecho de ser solo,

y su secreto.